La historia de Jesucristo sigue vigente hoy


Durante su juicio delante de Pilato, Jesús le dijo: «Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz» (Juan 18:37).

La historia de Jesucristo sigue vigente hoy
En noviembre pasado, una cadena de televisión estadounidense hizo un especial de «noticias» acerca de Jesús, el cual no se basaba en la historia sino en una novela. Al final del programa, un periodista admitió que la cadena no contaba con datos que se atuvieran a los hechos para apoyar las extrañas teorías del libro.
Por otra parte, la película La pasión de Cristo usa diálogos tomados directamente de relatos de testigos oculares de su crucifixión. Esta desgarradora película exige una decisión de parte de sus espectadores:  ¿es esa la verdad? ¿O es sólo una obra de ficción perturbadora y horripilante?
Durante su juicio delante de Pilato, Jesús le dijo: «Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz» (Juan 18:37). Esa es una afirmación increíblemente osada, y sin embargo, firmemente arraigada en los hechos. Pilato, un político atrapado en el conflicto de su propia alma, intentó desviar la declaración de Jesús con una respuesta insustancial: «¿Qué es la verdad?» El hombre que es el Camino, la Verdad y la Vida estaba de pie delante de él. Y Pilato lo pasó por alto.
Aquel Hombre todavía está de pie delante del mundo extendiendo sus manos atravesadas por los clavos en una invitación para unirnos a su reino, un reino que no tiene su origen en este mundo. Pero al igual que Pilato, hay muchos en el mundo que desearían que Él se fuera. Creen que Jesús exige demasiado, que tendremos que pensar demasiado en asuntos qu nos sacan de una sacudida del status quo. Temen que Él pueda pedir demasiado de nosotros. Después de todo, Él dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame» (Mateo 16:24). Pero se olvidan de que Jesús fue a la cruz por nosotros.
Dios no es el autor de la confusión. No nos ha enviado un lindo libro con historias extravagantes para darnos una falsa esperanza de vida eterna con Él. O Jesús es exactamente quien afirmaba ser, o debemos ignorarlo por completo.
Pilato optó por aferrarse a su propio poder efímero. Ya no lo tiene. ¿Qué harás tú? La historia sigue vigente. Jesús es el camino, la verdad y la vida.

No siento afecto ni cariño de mi cónyuge!, ¿Qué hago?


El afecto y el cariño son decisiones fundamentales para tener un matrimonio saludable!
El afecto es una necesidad básica de todo ser humano. Unos más que otros y dependiendo de su temperamento; pero todos necesitamos recibir muestras de afecto y cariño. El afecto nos genera seguridad, confianza y estabilidad emocional.

El afecto es una manifestación de amor que se expresa con caricias, palabras cariñosas y una actitud de servicio. El afecto se manifiesta generalmente por medio de abrazos, tiernos besos, cálidas caricias no necesariamente sexuales y palabras cariñosas. También se puede expresar por medio de un suave masaje a los pies o en la espalda. El afecto cariñoso expresado con toques de ternura genera la producción de endorfinas que es una hormona que produce una sensación de bienestar en el cuerpo del que toca y es tocado.

 
Tanto el hombre como la mujer necesitan afecto cariñoso, sin embargo generalmente el hombre es más inclinado a esta necesidad. No obstante, en todo matrimonio después de pasado el tiempo del enamoramiento y cuando comienza la etapa del amor por decisión, es indispensable que ambos cónyuges ejerciten el afecto y el cariño especialmente cuando sienten que se están distanciando.

I Tes. 2: 7y 8.  Antes bien, nos portamos con ternura entre vosotros, como cuida una madre con amor a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy queridos.

Ejercitar el afecto y el cariño en la relación va a mantener el gozo en el matrimonio y puede restaurar una relación herida. Si eres una persona casada y sientes que el amor se apagó, intenta ejercitar el afecto y el cariño con mansedumbre y paciencia y muy probablemente la llama del amor se encenderá de nuevo.

 
Intenten practicar el afecto tomándose de las manos, conversando tiernamente; acaríciense suavemente abrácense con ternura y permanezcan así unos minutos. Ese tiempo pueden ser unos pocos minutos pero si lo repiten con frecuencia, poco a poco irán sintiendo que se conectan nuevamente y que el amor comienza a renacer o a fortalecerse.

Si alguno de los dos se siente muy frío en el afecto, es probable que se deba a que no recibió afecto en su niñez. Debe perdonar a sus padres por no haber recibido el afecto que necesitó, orar por esto y decidir comenzar a ejercitar el afecto cariñoso poco a poco, unos minutos cada día y poco a poco procurar aumentar ese tiempo conforme lo van disfrutando.

No importa cuantos años tengas de matrimonio, practica el afecto cariñoso con frecuencia.

Tu Matrimonio y tu Familia es el
Tesoro mas valioso que Dios te ha dado
!Cuidalo!

Luis y Hannia Fernandez

Aun en medio del más espantoso fracaso o de la más triste decepción, siempre queda Dios


Muchas veces ocurren tragedias como esta en la problemática y azarosa vida humana. Cuando más creemos haber encontrado la completa felicidad, descubrimos que todo fue una ilusión, y la decepción nos mata...
UNA CITA FINAL
Lleno de angustia y tristeza, pero sereno, el joven subió a su auto. Tenía una cita urgente. A las seis de la tarde, en la glorieta de la Fuente de Agua en la Avenida Palma de la Ciudad de México, tenía un último encuentro con su novia.
Lanzó su auto a toda velocidad. Corrió sin mirar el velocímetro, ni altos ni luces rojas. Al acercarse a la glorieta, divisó a la joven. El sólo verla acrecentó su dolor. Acelerando el vehículo a gran velocidad, se estrelló contra el monumento. El accidente fue horrible. El joven quedó muerto ahí mismo ante la mirada horrorizada de la mujer que lo había abandonado.
Las crónicas periodísticas traen de todo. Esta vez fue una historia romántica pero triste. Un joven, cuyo nombre no recogió la crónica, le pidió a su novia, que lo había dejado, una última cita. Una cita de despedida. Una cita que habría de ser la definitiva. Y, en efecto, fue la definitiva, porque incapaz de soportar el desengaño, el joven, en la forma más drástica, puso fin a sus días.
Muchas veces ocurren tragedias como esta en la problemática y azarosa vida humana. Cuando más creemos haber encontrado la completa felicidad, descubrimos que todo fue una ilusión, y la decepción nos mata. Cuando pensamos que ya tenemos la fortuna en las manos, algo nos hace perderlo todo y nos reduce a la pobreza. Cuando creemos alcanzar el triunfo artístico, o deportivo o político, nos vemos de pronto paladeando el amargo sabor de la derrota.
¿Qué hacer en esos momentos? ¿Cómo sobrellevar esas decepciones?
Muchos se entregan a la desesperación. Echan mano del veneno, o de la horca o de la pistola, y acaban con su vida. Otros se sumergen en un pozo de alcohol o de droga. Otros se vuelven eternos resentidos y amargados. Y aún otros entran en un profundo e interminable período de depresión.
¿Serán éstas las únicas opciones ante el fracaso? No, hay otra. Es la opción espiritual. Aun en medio del más espantoso fracaso o de la más triste decepción, siempre queda Dios.
Jesucristo, el Señor viviente, es el Salvador de los fracasados. Él está cerca de cada persona necesitada que invoca su presencia. Y Él está cerca de cada uno en este mismo momento.
Clamemos a Cristo. Él nos responderá y nos levantará de la desesperación. Él nos dará la misma victoria que les ha dado a muchos otros, porque nunca falla. Cuando toda otra supuesta solución ha fracasado, siempre queda Dios.

Por: Hermano Pablo